Caos

I : Infierno en mis labios.

De que le sirve el aislamiento y el silencio.
A un alma corrupta hasta los huesos.
Se me espanta la conciencia de pensar.
Si lo que veo es un espejo y no el vacío.

Calma, la sangre fluye y sigue mintiendo.
Aunque no se animen los labios, por miedo a desquebrajar.
No adules tu mirada, mantenla siempre fría.
Conserva tus versos más oscuros, para aquellos que entiendan  del anochecer.

Como un film de horror, que de suspenso no tiene nada.
Mas lo bizarro es lo aterrador, el sentimiento abstracto de lo mezquino.
De la ira y las ganas de venganza, no se crea nada.
Más que palabras sin sueños, de un hombre que de corazón, lleva un infierno.

Somos egoístas, es la razón de que seamos libertinos.
Mientras nos queden las excusas, dejaremos el fuego arder.
La dignidad es un capricho, cuando la bajeza estalla.
La onda expansiva es un suspiro de amnesia al cielo.

En el fondo, el dolor es amigo.
Lo prefiero sobre no sentir nada.
Recuerda que una vez fui iluso y que aun puedo sentir.
Quizás porque en verdad la inocencia, aunque moribunda, existe.

II : Cielo en la tierra (cosas alegres)

De las rostros alegres aprendí las ganas de vivir.
Sonreír es el mejor paraguas para un día gris.
La melodía del piano calma hasta las mas feroces bestias.
Y el viento suele llevar más que aire y polvo, cuando se busca inspiración.

Cada atardecer es hermoso, siempre que se pueda apreciar.
El cielo purpura y sus nubes magentas, nunca me canso de esto.
El amor está en todas las cosas, si se ven desde adentro.
No es el pétalo, la flor. Ni la flor, la fragancia.

La naturaleza, aquello que es bello, sin ser alterado.
La esencia perfecta y continua de la vida.
El arte, antes de los ojos del artista.
Se esculpe a si misma con cinceladas silenciosas.

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