Confeti Mental
Llamo a su Dios con un grito al cielo Las nubes de plata borboteaban del ocaso Deslumbraba la penumbra en un último aliento de sol Disecciono con sus palabras su viejo cuerpo Confecciono en su confesión un disfraz pulcro “¿Amado Padre, acaso es tu aliento en el viento Que ha dejado escapar su voz sin que pudiese oírte Traspasando el horizonte inadvertidamente? ¿Es mi última duda acaso, mi última esperanza?” “He vuelto a husmear en mi cerebro piñata Luego de unos golpes ha cedido Algunos cuantos caramelos y confeti mental El sabor de un licor de neuronas.” Proseguía sin respuesta gritando al cielo No había nadie a quien gritarle fuera Debió gritar hacia dentro Retumbaba el rumor de su alma Aquel eco de conciencia deliberada “Es el delirio de mi propia voz ¿Acaso lo sé y decido ignorarlo? Es más hermoso pensar que alguien mas Todo lo sabe” “¿Si solo me ampara la experiencia en la que existo?” Caminó unas cuadras, hasta la vieja