Enoteca
Del paladar a las mejillas
Alcohol y sulfitos, el vino tiene alma
Mi cuerpo ha de ser poseído
Nada más importante
Sutil es el tiempo
Aroma de tu fruto
Generosa piel desnuda
Desmenuzada entre mis dedos
Jugo de Diosa
Lúgubre en las miradas
Amor de enoteca
Refleja en el vino
Los labios que a sorbos embriagantes
Inician el fuego.
Temblor de caderas
Entre muslos pasajeros
Allí es la noche y amanece
Con el zumbido en la cabeza
El reloj marca las una once AM
Soy un alienígena en los bares
Aún conservo tu gusto
Pasajero violeta
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